Enfocando a este Señor, le pido permiso para hacerle una fotografia. Se sonríe y me dice: «En esta vida mía, me han hecho tantas cosas sin pedirme permiso… ¿cómo me negaría a que hagas tu trabajo? Tal vez esta foto llegue lejos hijo, y si te pagan por ella, pasas por acá y me dejas algo para comprar carnada para mis peces».